“Después encontramos la planta más bella

del paraíso, la planta feliz

que conserva la vida y la renueva

cuya raíz estaba,en el Cielo

y cuyas ramas se dirigen hacia la Tierra”

Poeta Frezzi

lunes, 31 de mayo de 2010

RUTA TORRE DE LOS MOROS

Itinerario: Castañar de Ibor – Molino – Torre de los Moros – Castañar de Ibor

Distancia:  7´5 Km      Duración:  5´30 h     Dificultad:  Baja

La caja fuerte de cantos rodados a  orillas del río

Salimos del Centro de Salud de Castañar, el cielo está despejado y promete hacer calor. Emprendemos la ruta por el Camino de Malviento, dejamos atrás las últimas construcciones del pueblo, vamos llaneando, la vegetación se nos muestra en todo su esplendor, los alcornoques plenos de candelilla nos salen al paso, también muchos quejigos.

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Empezamos a bajar, el río nos está esperando. Ya en sus orillas, visitamos un antiguo molino, el acueducto todavía sigue haciendo su función, dentro la maquinaria de la molienda sigue intacta, con unos cuantos arreglos podría volver a moler, pero ya es bastante que los propietarios lo hayan conservado así hasta ahora, cosa que no han hecho otros muchos, que se los han dejado arruinar, es una pena porque también forman parte de nuestro patrimonio, y aquí en el río había muchos , al igual que en las gargantas.

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Seguimos el río abajo, la vegetación de ribera nos acompaña, aquí vamos a encontrar el helecho real, planta que no se ve todos los días, y otras muchas especies que en primavera estánimage en todo su esplendor.

 

Llegamos al puente, cruzamos por él, este puente con unos cuantos arreglos estaría bien chulo. El río está espléndido, con tanta agua, da gusto acercarse a el.

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Nos adentramos campo a través por un olivar, y allí vamos a encontrar La Torre de los Moros. Curiosa edificación, está construida con hiladas de cantos rodados, pues es la piedra que lógicamente abunda más en la zona. Las piedras más grandes están abajo, forman la base  de la construcción y la sustentan, cuanto más arriba, más pequeñas son.

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Probablemente sea de época romana y forme parte de la industria minera que había en la zona. La puerta a desaparecido prácticamente, está ubicada a dos o tres metros del suelo y seguramente habría un foso. La altura de la puerta y el foso seria medidas de seguridad. es de planta cuadrada  y quedan restos de lo que seria el arranque de una cúpula, ésta estaría construida con pizarra. También apreciamos una ventana.

Da la sensación por el tamaño de los muros y las medidas de seguridad que podría tratarse de un depósito de material  minero ya preparado y listo para ser transportado, una caja fuerte en toda regla.image

 

Entre estas piedras nos topamos con dos animalitos, propios del terreno y de la época en que estamos, una culebra y un alacrán,no sabemos quien tenia más miedo, si ellos o nosotros.

En la zona hay mucha dispersión de materiales férricos, propios de la industria minera que aquí se llevaba a cabo

Bajamos al curso del río,hasta el vado, donde tradicionalmente se cruza a la otra orilla, podemos apreciar el camino que se interna en el agua, como va bastante crecido desistimos de cruzarlo y damos la vuelta por donde vinimos.

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Antes de cruzar de nuevo el puente, nos refrescamos para afrontar la subida. Nos apartamos del camino y atajamos por los olivares hasta llegar al pueblo.

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En esta ruta, hemos visto una vez más, la importancia que debía tener la industria minera en esta comarca, pues los restos que estamos viendo y explorando son muchos y de lo más variado.

viernes, 21 de mayo de 2010

RUTA POZO Y MINA DE SAN BENITO, Y LA HERRERIA

Itinerario: Castañar de Ibor – Pozo de San Benito – Mina del Ibor – Herrería – Castañar de Ibor

Distancia:  7´3 Km    Duración: 5´30 h   Dificultad: Baja

La industria minera de otros tiempos, todavía siguen en pie algunos vestigios que nos ayudan a imaginar como trabajaban los  hombres , para extraer los tesoros minerales a la tierra.

Son las nueve de la mañana, y el día amenaza lluvia, grandes nubarrones se ciernen sobre nosotros, pero como vamos bien preparados y somos valientes, salimos sin pereza. Desde el Centro de Salud de Castañar, tomamos la carretera dirección Guadalupe, pasando la farmacia, nos metemos por el Camino del Rostro y la Herrería. Vamos dejando atrás muchas huertas pequeñas, llenas de árboles frutales, es el tipo de  cultivo minifundista, típico de estas tierras, también vamos a encontrar castaños, quejigos, chumberas y muchas orilleras en plena floración.

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Pasamos el Arroyo del Castañar, donde crecen algunos chopos blancos, más adelante vemos el rastro de jabalíes, el barro de algunos charcos recientes los ha servido de loción antiparásitos y lo han aprovechado dándose un buen baño.

Ahora empezamos a bajar, el camino se estrecha y se convierte en una vereda, debido a que los márgenes están llenos de maleza,pero más adelante vuelve a ser el mismo, ancho y sin contratiempos. Algunas colmenas nos llaman la atención, estos pequeños animales son las fábricas de la rica y saludable miel Villuercas- Ibores.

Una mancha de alcornoques nos indIMG_3535ica que estamos llegando al Pozo de San Benito, en frente, al otro lado del río, entre la arboleda divisamos la casa del Rostro.

El pozo,está a ras de tierra, es de forma cuadrada, está construido en  piedra y en sus paredes interiores crece la hierba, los bordes también están cubiertos de maleza. No está bien señalizado, y deberían  por lo menos acotar su perímetro, pues así como está constituye un verdadero peligro, tanto para las personas como para los animales. De su hueco sube un olor raro y desagradable, puede que algún animal incauto haya caído en la trampa mortal hace poco. Debe ser bastante profundo, pues nadie dice saber hasta donde llega. Pensamos que lo utilizaron como respiradero de la mina y puede que para sacar también material.IMG_3536

Dejamos atrás el Pozo y nos dirigimos a la mina, bajando unos 40m, llegamos a la boca de la Mina del Ibor, empieza a lloviznar, no nos importa, nos disponemos a entrar en la mina y estaremos a cubierto durante un rato.

 DSC_0888 La entrada está prácticamente tapada, pero como somos atrevidos, nos escurrimos hacía el interior y nos adentramos en la oscuridad, podemos ponernos de pie y andar cómodamente, las linternas hacen su función, la galería está despejada y podemos apreciar en las paredes de roca, algunos restos de los minerales, que unos hombres hace tiempo extraían de estás tierras, hierro y cobre entre otros. Ahora los únicos que entran y salen con asiduidad, son algunos murciélagos, que tienen aquí su morada, algunos alertados por nuestra presencia, despiertan de su sueño diurno y huyen, otros en cambio, más valientes o más perezosos, se dejan fotografiar impasibles, son de todas maneras unos animalitos bien curiosos, que no tienen porque darnos temor alguno.

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Llegamos al final del túnel, allí donde se encuentra con el pozo, que vimos antes, éste sigue hacia abajo, no sabemos, como ya he dicho antes, su profundidad. Parece que estamos en las entrañas de la tierra, pero no nos  sentimos mal, al contrario, da la sensación de paz y seguridad, es como volver al útero materno.

Desandamos la galería y salimos a la superficie, a dejado de llover y de vez en cuando se escapa  de entre las nubes algún rayo de sol prisionero, con lo que el día tiene una luz especial, y envuelve las cosas con un halo de misterio.

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Ahora nos dirigimos hacia el río, encontramos un pedrusco  con una forma bien curiosa, la erosión ó la mano del hombre, han esculpido una especie de figura que tiene forma de perro,IMG_3648 pero además esta piedra tiene unas marcas grabadas, que no parecen naturales, puede que tengan su importancia. Ladera abajo, volvemos al camino y a varios metros más divisamos una construcción de piedra, es La Herrería, el otro punto importante de esta ruta.

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Está situada, justo en el límite entre Castañar de Ibor y Navalvillar de Ibor. Los restos de esta herrería están en buen estado de conservación, los muros son de piedra y mortero bastardo, es bastante grande y todavía se aprecia perfectamente el acueducto para el agua. Como empieza a llover de nuevo, aprovechamos para descansar cobijados dentro de sus muros, allí descubrimos otros detalles curiosos, por ejemplo el techo, tiene una altura considerable y está formado por lanchas de pizarra. Pensamos DSC_0908que debe ser de época romana y pertenecería a la misma explotación minera que la Herrería del río Viejas. También a 1´5 Km se encuentra otra herrería, en el termino municipal de Navalvillar de Ibor, que queda pendiente de visitar.

Ya que hemos llegado hasta aquí, nos acercamos al río, donde podemos apreciar especies vegetales de ribera, por ejemplo el engüillo, planta muy venenosa, cuya raíz se utilizaba para pescar, y así otras muchas cuyos nombres ignoramos y habrá qIMG_3756ue investigar, seguro que darían para mucho, los alisos cubren todas las orillas, es el bosque en galería, típico de los cursos fluviales.

Es hora  de emprender el regreso y cogemos el camino de La Cortija, los huertos nos acompañan una vez más, vamos subiendo y encontramos el Arroyo del Castañar de Abajo o Arroyo de La Junta, IMG_3807éste nace en El Postuero y desemboca en el río Ibor, más arriba aún está la Fuente de la Junta, así llamada porque se encuentran dos arroyos, aquí hacemos una parada. La subida es pronunciada y llegando a la carretera de Castañar- Robledollano, apretamos el paso, ha empezado a llover de nuevo y estamos llegando al pueblo, un último esfuerzo y llegamos a nuestro destino.

Después encontramos la planta más bella

del paraíso, la planta feliz

que conserva la vida y la renueva

cuya raíz estaba,en el Cielo

y cuyas ramas se dirigen hacia la Tierra”

                                  Poeta Frezzi

miércoles, 19 de mayo de 2010

RUTA CERRO CASTILLEJO

Itinerario: Castañar de Ibor -  Cerro Castillejo -  vuelta al pueblo por el camping.

Distancia:   5´5 Km    Duración:   4´5 h   Dificultad:  Media

… y el fondo del mar se hizo piedra

Salimos de la plaza de España de Castañar de Ibor a las nueve de la mañana, seguimos por la calle Real, Olivilla, Castillejo, hasta llegar a la Avda. de Extremadura, aquí nos desviamos por el Camino de los Apachos. Según vamos subiendo vemos huertos con árboles frutales y muchos  olivares, en las tierras sin cultivar crece vegetación arbustiva, típico matorral de jaras, brezos, retamas etc. algún alcornoque y quejigos también.

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Llegando a una explanada, divisamos un pinar, árboles plantados para reforestar y de aprovechamiento maderero, a mi particularmente no me gusta ese árbol en mi entorno, se puede reforestar con árboles autóctonos. Aquí vamos a parar un momento, para coger aire y fuerza porque ahora la subida al cerro se empieza a complicar.

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Dejamos el camino y nos internamos en el monte de jaras y brezos, por eso, hay que ir bien pertrechados, con pantalón de tela fuerte y manga larga, pues el monte nos acaricia y nos puede dejar algún recuerdo.

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Seguimos subiendo, y el cerro nos recibe dándonos la bienvenida con sus alfombras pétreas que extiende por entre matorral ladera abajo.

 IMG_2230Estamos llegando al alto, no sin dificultades y encontramos los primeros vestigios de la mano del hombre, aquí, en este lugar, son los restos de lo que parece una muralla, también hay un foso que parece que no es natural. La muralla está construida con piedra seca y parece que defendíIMG_2218a algo que estaría en su interior, bien pudiera ser una torre defensiva y de vigilancia, debido a su emplazamiento.

 

 

 

Desde aquí se puede controlar mucho territorio, con sus caminos incluidos. La vista desde luego es maravillosa, a un lado el Camorro de Castañar, con el pueblo a sus pies, el Valle del Ibor con sus crestas cuarcíticas, la desembocadura del río Viejas, al otro lado las rañas, la carretera de Navalmoral. En fin se controla mucha tierra desde aquí.

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Hacemos parada para descansar y sobretodo hacer fotos. Los peñascos de la cima nos sirven de improvisado merendero y mirador, el día está despejado y nuestros ojoIMG_2270s se recrean en tan preciosas vistas, pero guarda aún más sorpresas este cerro.

 

Empezamos a bajar por una de las pedreras y vamos encontrándonos pequeñas cuevas y oquedades, muchas piedras tienen marcas fósiles muy originales, parece que puedan ser gusanos marinos, también muchas manchas que podrian ser pinturas. Las entradas a IMG_2276estos agujeros están colmatadas y no podemos saciar nuestra curiosidad, pero las piedras fósiles merecen la pena, cuanto más miramos, más encontramos.

 

Una vez abajo de nuevo,  seguimos el camino por el que veniamos, el de Los Apachos, más adelante vamos a coger el camino de La Molinera, que nos lleva a la carretera EX118 Navalmoral- Guadalupe, la atravesamos y nos adentramos en El Camino del Rincón, más adelante cruzamos un arroyo, es la cabecera del Valledomingo, aquí los huertos están presentes de nuevo con sus frutales, también los alcornoques, bastantes grandes por cierto, nos acompañan bajando al valle.

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El camino empieza ahora a subir, encontramos una era, lugar para la trilla del cereal, y que ya está en desuso, es una pena que desaparezcan, hay que cuidarlas

Más adelante pasamos por el camping, y por el Centro de Interpretación de La Cueva de Castañar. Llegamos a la carretera de nuevo y volviéndola a cruzar entramos en el pueblo por la Avda, de Extremadura y las diversas calles que cite al principio de la ruta , llegamos  a la plaza, donde termina esta ruta.

martes, 18 de mayo de 2010

RUTA DE LOS GRABADOS RUPESTRES

 

  Itinerario: Desde Castañar de Ibor, bajamos hasta el río Ibor y visitamos La Peña de la Pisá del Toro y la Mina del Ibor.

Distancia - 10,5 Km  Duración - 5,30 h  Dificultad - Baja

Sensaciones a flor de piel y los sentidos alerta. Piedras que nos hablan y nos rebelan algunos de sus secretos.

Salimos de Castañar de Ibor por el camino Los Lagares, el sol nos acompaña y hace una temperatura agradable, este camino es así llamado porque aquí se ubicaban varios lagares, que son lugares donde se molturaba la aceituna, tan abundantes por otra parte en estos pueblos. Por el margen derecho del camino transcurre el arroyo llamado también Lagares, por el mismo motivo, lleva abundante agua, los desagües de la población aportan caudal aunque no buen olor, algunas afloraciones de pizarra nos salen al paso. Se ven huertos con diversos cultivos, también chumberas de grandes dimensiones.IMG_1716

Bajando a la izquierda encontramos la Fuente El Helechal y el arroyo que la da nombre, éste desemboca en el de Los Lagares. Según vamos bajando, el camino se estrecha y se hace más abrupto, aunque no intransitable, vemos a nuestra derecha, dos grandes piedras muy singulares, que nuestra mirada e imaginación ansiosa por encontrar tesoros, nos hacen ver dos peces enormes, parecen siluros, y están varados en una orilla de este mar de olivos, en fin cada uno, a veces ve, lo que quiere ver, quien sabe…

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Cruzamos el Arroyo de Valledomingo, que también desemboca en el principal el Lagares. Los diversos taludes que sujetan la tierra de algunos olivares, están hechos con piedra, a veces alcanzan gran altura y algunos tienen incluso una especie de escaleritas, muy curiosas.

Seguimos bajando y a la izquierda vemos un enorme nogal, su entorno es muy húmedo, con musgo, helechos y vegetación similar, su tamaño nos indica que es bastante anciano, en verano, nos imaginamos que su sombra debe ser bastante acogedora. Más adelante a la derecha, nos fijamos en un habitante vegetal raro a esta altura, es el enebro, que casi siempre tiene su casa en alturas más elevadas, también encontramos rusco y muchos espárragos silvestres. DSC_0760

Se va abriendo el valle y esto nos anuncia la cercanía del río, algunos calizos se nos presentan en el camino, ofreciéndonos un lugar encantador, que nos invita a quedarnos, pero aún queda camino y debemos seguir. De nuevo tenemos que hacer una parada, pues un talud nos llama la atención, a nuestra derecha vemos una pared oradada por varios sitios, según nos cuentan, las cabras, abundantes en la zona, lamen estas piedras, para conseguir sal, un aporte más en su dieta, nosotros podemos probar… ¡las piedras están saladas!

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Seguimos y casi darnos cuenta, el río Ibor apareIMG_1814ce, el Arroyo Lagares desemboca, y el paisaje se abre, ofreciéndonos la visión de las sierras que el valle, por el que hemos bajado, nos ocultaba. Ahora las especies de ribera están muy presentes, alisos, álamos, juncos… y también peonias y brezo, el río lleva bastante agua, debido al invierno tan lluvioso que hemos tenido.

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Llegamos a una bifurcación en el camino, elegimos el de la derecha, que nos va a llevar a uno de nuestros destinos, mientras tanto, el sonido del agua y el canto de diversos pájaros nos acompaña y relaja, algunas construcciones antiguas nos llaman la atención.

Un poco más adelante nos damos de cara con una gran peña de caliza es La peña de la Pisá del Toro, uno de los puntos de interés en esta ruta, además de ser de un gran tamaño, tiene en algunas de sus paredes lienzos preciosos, donde laIMG_1826 mano de algún antepasado nos dejó su legado en forma de grabados y pinturas, abrimos bien los ojos y buscamos con avidez, los grabados están esperando ser descubiertos una vez más, anconiformes (formas humanas), pájaros, cruces, flechas, letras de algún alfabeto perdido y etc. etc. las piedras nos están hablando. Dos agujeros enormes, uno encima del otro, en uno de los laterales de la peña, nos hacen pensar en la entrada de una cueva, puede que la peña tenga huecos , y guarde gratas sorpresas en su interior, por el momento no lo podemos averiguar.

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Todavía asombrados, después de este primer encuentro, hacemos un descanso para comernos el bocata y cambiar impresiones, apetece quedarse pero debemos continuar.

Volvemos sobre nuestros pasos y en la bifurcación del camino, ahora seguimos, río arriba, vamos viendo muchos huertos de frutales y hortalizas con curiosas canalizaciones para el agua y albercas, también casas de veraneo modernas, pero lo que nos llama la atención son unas casitas de piedra que hay a ambos lados del camino, nos dan la sensación de antigua aldea perdida en el tiempo, nos encanta.

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Seguimos hacia delante y encontramos a la izquierda más piedras calizas, hemos llegado al segundo punto de interés, La Mina del Ibor. Rodeando la peña, subimos una pequeña cuesta bastante empinada y llegamos, una cavidad bastante grande se intuye en la pared de enfrente pero está tapada y varios agujeros a los lados sirven de entrada, el ambiente que allí nos rodea es especial los sentidos están alerta, los olores de las plantas que allí crecen y la tierra húmeda de ese lugar nos embargan, medio arrastrándonos, podemos entrar por uno de esos agujeros, sentimos la tierra en contacto con nosotros, es una nueva sensación que merece la pena, tratamos de no molestar mucho a un murciélago, único habitante que encontramos, aunque hay restos de otros inquilinos.

 

Después de este primer encuentro, que nos sirve de aperitivo, a tres o cuatro metros, hay otra entrada, es La Mina del Ibor, excavada en la roca, nos adentramos, ahora si que nos sentimos exploradores, con nuestras linternas en la cabeza, incipientes estalactitas nos reciben y acompañan por este pasillo abovedado de roca pura, la humedad chorrea por las paredes y está presente en el resbaladizo suelo de arcilla, el calor que generamos y la emoción, nos hacen sudar, pero seguimos adelante, pasando una estrechez en la roca, en la parte de arriba encontramos los grabados rupestres, éstos no hacen poner en marcha nuestra imaginación, los observamos con curiosidad y admiración, ¡nos hacemos tantas preguntas!, ¿quiénes eran esos hombres que dejaron sus huellas allí?, ¿cómo vivían?, ¿cómo era su entorno?, la piedra habla de nuevo , pero no nos desvela todos sus secretos.

Salimos de allí un poco alucinados, y emprendemos el camino, más adelante, encontramos restos de una antigua caleIMG_1962ra, según nos comentan, también puede ser la entrada a un pasadizo que atravesaba el río hasta la otra orilla, por el momento no lo podemos comprobar.

 

Después de un breve momento de descanso, estamos de vuelta al pueblo, ahora, por el camino de Navalmoral a Navalvillar, un carril ancho y bien preparado, vemos en un cerrete una yunta de mulos arando la tierra como antaño, una imagen que dentro de poco pasará a la historia. El camino empieza a subir, la cuesta se hace bastante pronunciada, hasta llegar a los primeros corrales y algunas casas.

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Estamos llegando al pueblo, y en este tramo final, una vez más son las piedras las protagonistas, tres cruces de granito y varios hitos de piedra con una cruz de hierro encima nos dan la bienvenida y a la vez nos despiden. Hemos llegado al punto de llegada, y nuestra mochila se encuentra ahora cargada de emociones.

martes, 4 de mayo de 2010

ruta castaños centenarios y chorrera de calabazas

Itinerario: Castañar de Ibor - Postuero - Castaños centenarios - Chorrera de calabazas

Distancia: 8Km Duración: 5h Dificultad: Baja



Esta experienci
a aportará a nuestra cultura, un buen número de los valores medioambientales que se encuentran en estas tierra nuestra


El día amanece nublado, son las nueve de la mañana y salimos de la plaza de Castañar de Ibor, por la Calleja del Pino, por esta calleja, nos vamos a encontrar huertos de frutales y hortalizas, las primeras flores de la primavera asoman tímidas en las ramas de algunos de esos frutales, y nos alegran la vista según vamos pasando, mas adelante cruzamos el Arroyo Fuente Blanca por el sitio de Las Pasaeras, este arroyo riega los huertos y podemos apreciar incluso "regaeras" o canalizaciones para transportar el líquido vital.

Ya en el camino principal, llamado Cámino de las Hontanillas, emprendemos la subida. A nuestra derecha vamos viendo un bosque de castaños, éstos, espesos y con el terreno sin cuidar nos hacen deducir que son para aprovechamiento maderero, un poco mas arriba vamos a ver más castaños, pero esta vez son diferentes, son más grandes, el terreno está bien preparado, libre de maleza y cada pie de árbol dista del otro varios metros, éstos son frutales y nos regalan todos los otoños sus ricas castañas, en estos momentos los brotes de sus ramas son incipientes.

La cuesta se nos hace un poco dura y hacemos algún pequeño descanso.
Llegamos al alto, llamado "El Collado del Postuero". Hacemos una parada para coger aire y contemplar el panorama que no ofrecen estas sierras, A la derecha vemos El Camorro de Castañar y siguiendo con la mirada hacia la izquierda veremos cimas sucesivas con sus casqueras de cuarzita y su espesa vegetación autóctona. En la cima de este collado hay alguna construcción de piedra, que han servido de aprisco a los pastores de la zona y sus ganados. El terreno cultivado, aquí se termina y comienza la vegetación silvestre.

Tiene su naciminto entre estas casqueras, el Arroyo Calabazas, y le empezamos a seguir, él va a ser nuestro mejor guia. El terrena llanea, y nos encontramos con un bosque de rebollos, mas adelante serán robles de gran altura, adornando sus pies, rosas de peonia y dientes de león, que nos indican la calidad medioambiental del paraje que estamos visitando.

Seguimos hacia delante y enseguida empezamos a ver unos enormes árboles, joyas que la naturaleza a veces nos ofrece, son los castaños centenarios de calabazas, nombrados árboles singulares de Extremadura, hay diecisiete y sus dimensiones son espectaculares, están a ambos lados del camino, y cada uno merece ser contemplado y admirado por separado.

Este, es un lugar especial, el entorno y sus habitantes vegetales, nos trasladan al mundo mágico de los cuentos, donde duendecillos, elfos y hadas tienen cabida, las ramas aún desnudas se despliegan como brazos que nos cobijan y parece que nos quieran abrazar, las raices enormes sobresalen del suelo, y son tan grandes que nos recuerdan boas emergiendo de la tierra, los troncos se retuercen en movimientos imposibles, incluso la corteza se arruga formando figuras, ¿quizás alguna cara?, el espíritu del bosque está aqui muy vivo y nos cuesta despedirnos de estos venerables ancianos, que tantas cosas nos sugieren, pero debemos seguir nuestra ruta, y asi lo hacemos.

El camino se va estrechando y bajando en suave pendiente, las casqueras de cuarzita llegan hasta nuestros pies. La vegetación se hace cada vez mas intrincada, los árboles y plantas son cada vez más especiales, helechos, enebros y los rarísimos loros (prunus lusitánica), árboles prehistóricos, que sólo nace y vive en reductos donde la naturaleza es más pura, nos van saliendo al paso y escoltan al Arroyo Calabazas en su trayecto y también a nosotros. El canto de los pájaros también nos acompaña durante toda la ruta.

A la izquierda del camino vemos un saliente en la roca que nos llama la atención, lo exploramos un poquito y llegamos a la conclusión, de que , es un abrigo de pastores, está rodeado de un pequeño muro redondeado y hay restos de fuego en las paredes .

Más adelante pisamos restos de una calzada empedrada, que nos da idea de que este camino
seria antaño bastante transitado. También encontramos rastros de animales como corzos, o tal vez zorros.

Casi sin darnos cuenta llegamos a nuestra meta," La Chorrera de Calabazas", el ruido la delata y apuramos el paso, ansiosos por ver esta maravilla, cruzamos el arroyo y despues de una pequeña bajada, descubrimos por fin la cascada, no tiene mucha altura, pero no por eso deja de tener su encanto. El agua desciende varios metros y va a caer en una pequeña poza, es cristalina y pura como todo su entorno, el ambiente alrededor de ella es encantador, miles de gotitas saltan, creando arcos iris minúsculos, la atmósferaas que allí se respira es especial, las paredes de la roca por donde se desliza el líquido elemento también merece atención, es una paleta de color con tonos cromáticos de una variedad increible, al igual que las pequeñas plantitas que allí crecen tan diminutas y delicadas. Aprovechamos el lugar para hacer la parada del bocata, en un sitio como este, todo sabe mejor.

Las pedreras que nos rodean nos invitan a la escalada, y algunos nos atrevemos a trepar por estas cascadas de piedras, alguna cornisa nos hace pensar en cuevas, no hay suerte, pero la subida no ha sido en vano, porque desde la casquera se aprecia, el valle que se abre al Norte, y que desde la chorrera tan sólo se intuye, la panorámica es muy buena.

Cogemos aire y volvemos sobre nuestros pasos, ahora nos fijamos con más detalle en todo, porque el sol, que antes estaba escondido, nos ilumina durante el camino de vuelta, y los colores del campo surgen con más fuerza. De nuevo en el Collado del Postuero, lo que antes fue subida, ahora es bajada, y el camino se hace más llevadero.

Llegamos al pueblo con nuestras mentes llenas de imágenes preciosas.

¡Ojalá sepamos cuidar y mantener vivos estos parajes encantados que la Madre Naturaleza a veces nos regala!.