Distancia: 8Km Duración: 5h Dificultad: Baja
Esta experiencia aportará a nuestra cultura, un buen número de los valores medioambientales que se encuentran en estas tierra nuestra
El día amanece nublado, son las nueve de la mañana y salimos de la plaza de Castañar de Ibor, por la Calleja del Pino, por esta calleja, nos vamos a encontrar huertos de frutales
y hortalizas, las primeras flores de la primavera asoman tímidas en las ramas de algunos de esos frutales, y nos alegran la vista según vamos pasando, mas adelante cruzamos el Arroyo Fuente Blanca por el sitio de Las Pasaeras, este arroyo riega los huertos y podemos apreciar incluso "regaeras" o canalizaciones para transportar el líquido vital.
Ya en el cami
no principal, llamado Cámino de las Hontanillas, emprendemos la subida. A nuestra derecha vamos viendo un bosque de castaños, éstos, espesos y con el terreno sin cuidar nos hacen deducir que son para aprovechamiento maderero, un poco mas arriba vamos a ver más castaños, pero esta vez son diferentes, son más grandes, el terreno está bien preparado, libre de maleza y cada pie de árbol dista del otro varios metros, éstos son frutales y nos regalan todos los otoños sus ricas castañas, en estos momentos los brotes de sus ramas son incipientes.
La cuesta se nos hace un poco dura y hacemos algún pequeño descanso.
Llegamos al alto, llamado "El Collado del Postuero". Hacemos una parada para coger aire y contemplar el panorama que no ofrecen estas sierras, A la derecha vemos El Camorro de Castañar y siguiendo con la mirada hacia la izquierda veremos cimas sucesivas con sus casqueras de cuarzita y su espesa vegetación autóctona. En la cima de este collado hay alguna construcción de piedra, que han servido de aprisco a los pastores de la zona y sus ganados. El terreno cultiva
do, aquí se termina y comienza la vegetación silvestre.

Ya en el cami

La cuesta se nos hace un poco dura y hacemos algún pequeño descanso.
Llegamos al alto, llamado "El Collado del Postuero". Hacemos una parada para coger aire y contemplar el panorama que no ofrecen estas sierras, A la derecha vemos El Camorro de Castañar y siguiendo con la mirada hacia la izquierda veremos cimas sucesivas con sus casqueras de cuarzita y su espesa vegetación autóctona. En la cima de este collado hay alguna construcción de piedra, que han servido de aprisco a los pastores de la zona y sus ganados. El terreno cultiva

Tiene su naciminto entre estas casqueras, el Arroyo Calabazas, y le empezamos a s

Seguimos hacia delante y enseguida empezamos a ver unos

Este, es un lugar especial, el entorno y sus habitantes vegetales, nos trasladan al mundo mágico de los cuentos, donde duendecillos, elfos y hadas tienen cabida, las ramas aún desnudas se despliegan como brazos que nos cobijan y parece que nos quieran abrazar, las raices

El camino se va estrechando y bajando en suave pendiente, las casqueras de cuarzita llegan hasta nuestros pies. La vegetación se hace cada vez mas intrincada, los árboles y plantas son cada vez más especiales, helechos, enebros y los rarísimos loros (prunus lusitánica), árboles

A la izquierda del camino vemos u

Más adelante pisamos restos de una calzada empedrada, que nos da idea de que este camino
seria antaño bastante transitado. También encontramos rastros de animales como corzos, o tal vez zorros.
Casi sin darnos cuenta llegamos a nuestra meta," La Chorrera de Calabazas", el ruido la delata y apuramos el paso, ansiosos por ver esta maravilla, cruzamos el arroyo y despues de una pequeña bajada, descubrimos por fin la cascada, no tiene mucha altura, pero no por eso deja de tener su encanto. El agua desciende varios metros y va a caer en una pequeña poza, es cristalina y pura como todo su entorno, el ambiente alrededor de ella es encantador, miles de gotitas saltan,

Las pedreras que nos rodean nos invitan a la escalada, y algunos nos atrevemos a trepar por estas cascadas de piedras, alguna cornisa nos hace pensar en cuevas, no hay suerte, pero la subida no ha sido en vano, porque desde la casquera se aprecia, el valle que se abre al Norte, y que desde la chorrera tan sólo se intuye, la panorámica es muy buena.
Cogemos aire y volvem


Llegamos al pueblo con nuestras mentes llenas de imágenes preciosas.
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